Noticia aparecida en el diario Levante-EMV de ayer, domingo, la reproducimos dado su interés:
La última revisión del PGOU de la ciudad incluye 300 bienes de interés cultural y 140 bienes de relevancia local, entre ellos, el paseo de la Alameda y, por primera vez, las acequias medievales – Algunos edificios como la Ceramo, la alquería del Pi y el Molí dels Frares están en estado ruinoso.
HORTENSIA GARCÍA VALENCIA La lista del patrimonio protegido de Valencia se ha ampliado de forma exponencial en la última revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Los bienes de interés cultural (BIC) y los de relevancia local (BRL) ubicados en entorno urbano y rural suman 450, a los que se añaden cientos de edificios catalogados de menor rango. Sin embargo, en casos como la alquería del Pi y la Ceramo la protección podría llegar tarde debido a su estado ruinoso.
La revisión simplificada del PGOU de Valencia, ahora en fase de exposición pública, protege por primera vez 21 alquerías, tres molinos, 36 barracas, cuatro casas rurales, tres ermitas, 11 motores de agua, siete lenguas (partidores de las acequias), cuatro chimeneas industriales, cinco caminos históricos, 17 núcleos tradicionales y un huerto (el de San Enrique).
Entre las barracas que se protegen figura la Genuina, en Pinedo, cuyo propietario y restaurador instó a la protección del inmueble para blindarla en previsión de futuros planes urbanísticos. El ayuntamiento ha tenido en cuenta la solicitud ha incluido como Bien de Relevancia Local con protección integral (la máxima) y delimita un entorno de protección de cincuenta metros alrededor de la barraca donde no se podrán llevar a cabo actuaciones que puedan afectar visual o físicamente al bien protegido.
Pero la protección del patrimonio no siempre es bien recibida por los afectados. Éste es el caso de la red de acequias medievales del Tribunal de las Aguas, declarado Patrimonio de la Humanidad este año. Las comunidades de regantes mantienen un pleito con la Generalitat porque se oponen a que se declare Bien de Interés Cultural el sistema de acequias, azudes y partidores de agua bajo jurisdicción del Tribunal de las Aguas.
El motivo, aducen, es que las acequias son un patrimonio vivo y en pleno uso y la declaración BIC de cualquier bien aumenta las trabas para intervenir sobre ellos y los costes de mantenimiento. Los regantes no quieren tener que pedir permiso a la Conselleria de Cultura cada vez que haya reparar o limpiar las canalizaciones.
En consonancia con la Conselleria de Cultura, el Ayuntamiento de Valencia ha incluido en su catálogo como Bien de Relevancia Local las ocho acequias históricas (Tormos, Mestalla, Rascanya, Favara, Quart, Benager y Faitanar, Rovella y Mislata). Además de los nuevos edificios que se protegen, se eleva la protección de 18 alquerías, ocho molinos, cuatro barracas, cuatro casas rurales, una ermita y un motor de agua. En total, se incluyen en el nuevo plan general 306 BIC, 94 de los cuales están en Ciutat Vella —entre ellos la Lonja, las torres de Quart y Serranos, el mercado Central y los Santos Juanes— y 140 Bienes de Relevancia Local, entre los que figura el Molí dels Frares y el Molí del Sol —ambos en un estado bastante precario—, las alquería de Brosquil, Dels Moros y del Pino Hermoso y las ermitas de Sant Jordi y de Vera.
En suelo urbano, también se protegen entornos que estaban en lista de espera desde hace años. Es el caso del paseo de la Alameda y de los Jardines del Real que se declararán Bien de Relevancia Local.
El Consell Valencia de Cultura ha reclamado en varias ocasiones que se protegiera la histórica Alameda convertida en un gran aparcamiento en superficie. Se declarará igualmente Bien de Relevancia Local la fábrica de la Ceramo a requerimiento de la Conselleria de Cultura y tras infinitas denuncias de la plataforma cívica Cercle Obert.
Abrirlos al público
El afán conservacionista del nuevo PGOU responde a las exigencias de las nuevas normativas urbanísticas, de patrimonio y protección del paisaje que obligan a salvarguardar bienes como los caminos rurales, las chimeneas anteriores a 1940, los paneles cerámicos o las barracas que hasta ahora no se habían tenido en cuenta. Sin embargo, la protección patrimonial no implica necesariamente la salvaguarda del bien protegido. «Se protege con la intención de que se conserve pero lógicamente debe haber una estrategia» por parte de la administración, en este caso el Ayuntamiento de Valencia, explica Miguel del Rey, autor del catálogo de arquitectura rural de Valencia.
Las normas urbanísticas del PGOU introducen como usos compatibles en alquerías, casas rurales y barracas actividades económicas de alojamiento rural, restauración y venta de productos artesanales con el fin de dar opciones de futuro a sus habitantes.
Otra posibilidad que apunta Miguel del Rey es establecer un régimen de visitas para el público (dos o tres días a la semana) en los BRL de titularidad privada de modo que los dueños puedan optar a algún tipo de ayuda pública, como ocurre con los BIC. Este arquitecto especialista en patrimonio rural asegura en cuanto al estado de conservación de los bienes catalogados que «hay de todo». Algunos edificios «están casi en ruinas» y otros como el patrimonio hidráulico «están en uso y se conservan bastante bien» pese al daño que han hecho algunos PAI.
El sistema de caminos rurales «no es difícil de proteger y apoyaría muy bien la idea de redes verdes que aten la ciudad con el territorio». «Habría que regularlos y hacer pequeñas intervenciones para que no se conviertan en calles para el tráfico», apunta del Rey.
La declaración de BIC está muy clara en cuanto a los criterios de intervención y las subvenciones. Los BRL, de rango inferior a los BIC, tienen unos criterios de intervención más difusos que quedan en manos de los ayuntamientos —en Valencia se han fijado cuatro grados de protección—.
En relación a la respuesta de los propietarios de los bienes catalogados, Miguel del Rey explica que «hay personas que se han ofendido porque no hemos incluido su casa y otros que que se han molestado por haberlo hecho». Cree que esto aflorará en la fase de alegaciones y confía en que el catálogo «se enriquezca» en el proceso de exposición al público.
La acequia de Mislata es una de las nueve bajo jurisdicción del Tribunal de las Aguas. levante-emv
Totalmente de acuerdo con la excelente reflexión del Sr. Castellano Martí…
Muchas declaraciones verbales, pero total ausencia de medidas efectivas para proteger la huerta, la arquitectura rural, el patrimonio cultural en general.
Adjunto una carta abierta al Jefe de Opinión del diario Las Provincias que no han querido publicar.
Distinguido Sr. Pablo Salazar.
Jefe de Opinión del diario LAS PROVINCIAS
He leído con mucha atención y calma la entrevista que realiza usted al concejal de Urbanismo. En primer lugar debo lamentar el lapsus que el Sr. Bellver ha demostrado en el diálogo mantenido con el Jefe de Opinión de Las Provincias, al no indicar que uno de los redactores de ese documento administrativo del ayuntamiento de Valencia, es el Sr. Miguel del Rey, experto en rehabilitación, profesor universitario y prestigioso arquitecto. También lamento otros olvidos imperdonables e inadmisibles, pues un documento de la magnitud y relevancia que supone el PGOU, corresponde al esfuerzo y a las valiosas contribuciones de muchos autores, algunos de ellos anónimos y otros emblemáticos expertos. Tampoco debemos ignorar y ocultar el papel que han jugado las entidades cívicas y sociales, las mismas que llevamos años defendiendo otros modelos de ciudad, realmente participativos. Ciudades creadas a la medida de las necesidades básicas y fundamentales del ser humano, evitando repetir los errores del pasado y favoreciendo la conservación de espacios, conjuntos y elementos histórico-artísticos y ambientales únicos, que nos sirven como referente propio y exclusivo.
En mi modesta opinión, creo que el titular es incorrecto, pues no se trata de defender la huerta como algo romántico o simbólico. Nadie en su sano juicio quiere convertir la huerta en un museo o en algo improductivo. Se trata de favorecer espacios para la convivencia y el desarrollo humano, alejado de ciertas perversiones que se crean en urbes sin planificación previa… Hay alternativas para la huerta, como un espacio rentable y de ocio creativo, pero para eso uno debe reconocer la existencia de ciertas lagunas en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana.
Nuestra entidad no es partidaria de conservar todo lo que huela a antiguo o tenga polvo. Es urgente conservar aquello que realmente sea valioso y se conserve dentro de un contexto singular y digno, evitando la creación de museos sin contenido. Tampoco somos partidarios de conservar una actividad que va en retroceso gracias a los adelantos y cambios en el paisaje económico y productivo. No somos partidarios de la nostalgia, pero sí deseamos conservar y poner en valor aquellos espacios, conjuntos y monumentos que merezcan la pena ser conocidos y disfrutados por las generaciones futuras.
El tema de la planificación urbanística y la conservación y puesta en valor de nuestro legado patrimonial es un tema complejo y no puede ser abordado con frivolidad y superficialidad. Los que llevamos años y años intentando que las ciudades sean algo más que un conjunto de casas, aparcamientos o edificios comerciales sin alma, creemos que es básico reconocer el papel dinámico y positivo de todos los colectivos, sin olvidar al tejido empresarial, al mundo universitario, al ciudadano anónimo, al activista social… a la hora de rediseñar la ciudad.
Las mejoras que hoy disfrutamos todos en Valencia son fruto de una lucha constante y diaria de muchas personas y entidades, algunas carecen de nombre, pero sí hay ejes o personalidades fundamentales que han sabido ser faro a la hora de evitar disparates, atrocidades y atentados urbanísticos y ambientales intolerables. Sin participación y sin discrepancias no hay crecimiento ni mejoras.
La ciudad es concebida, sentida y vivida por nuestra entidad Cercle Obert, como un ser vivo. un ser consciente y sensible en constante movimiento, que precisa atención y cuidados constantes. Por eso, conviene que los Planes Generales de Ordenación Urbana eviten los dogmatismos que favorecen la construcción de viviendas en espacios agrícolas. Es urgente dar efectiva protección a todos los espacios de huerta que perduran milagrosamente, en aras a potenciar la convivencia, el encuentro y el descanso. Un urbanista sensible y que desea una ciudad amable y armoniosa, debe evitar siempre destruir aquellos paisajes, monumentos, industrias, conjuntos y espacios de especial relevancia o vinculación con la historia y la memoria propia.
Por último debemos informarle que nuestra entidad presentará alegaciones al PGOU, manifestando nuestra alegría por la protección que ha recibido la antigua fábrica de tejas y mayólicas que fundó Josep Ros Furió en Benicalap, conocida como la Ceramo. De todos modos y conociendo el tedioso y arbitrario funcionamiento de la administración local y autonómica, queremos resaltar que siguen sin arbitrarse los mecanismos necesarios para la expropiación o adquisición del conjunto artesanal.
Nos consta que en noviembre del 2008, el Ministerio de Cultura emprendió unos tramites, emitiendo un duro informe sobre la lamentable situación de ruina que padecía el inmueble. Nuestra entidad ha realizado numerosas peticiones, escritos y denuncias que nunca han sido atendidas por los organismos correspondientes. Cosa demasiado habitual y que ha logrado que la mayor parte de los mortales desprecie a las instituciones.
Por eso no tenemos motivo alguno para ser optimista y creernos que las declaraciones y buenas intenciones que hay contenidas en el Plan General de Ordenación Urbana y que tan alegremente quiere vendernos el concejal Bellver, sirvan para lograr una ciudad más humana y habitable.
Nuestra experiencia nos ha enseñado que no podemos confiar en la palabra y en los documentos oficiales de las instituciones y los políticos de turno.
En el tema de la Ceramo de Benicalap todos son responsables del abandono y ruina del edificio, desde los dueños (que no han sido sancionados a pesar de que han violado las leyes reiterada y conscientemente), hasta el ayuntamiento de Valencia y la Generalitat, que han incumplido y engañado a los vecinos y a otros organismos con falsas promesas durante muchos años… Tampoco nos podemos olvidar del Ministerio de Cultura, que no ha tomado en serio sus propuestas de expropiación efectuadas a los medios de comunicación en noviembre de 2008… Aquí hay una larga serie de responsables y la Fiscalía deberá tomar cartas pronto en el asunto, depurando responsabilidades y castigando a los responsables intelectuales y materiales de tanta degradación y abandono, pues por nuestra parte, debemos informar que sí hemos notificado siempre por escrito los problemas de la antigua fábrica de tejas y mayólicas la Ceramo a las autoridades competentes, sin que nadie nos tomase en serio.
Gracias anticipadas por su tiempo,
Antonio Marín Segovia
Secretario de Cercle Obert de Benicalap
Pues así es. Ni una coma más que añadir a su escrito, con eso está todo dicho.
Gracias a usted y un cordial saludo.
La ciudad de Valencia es la paradoja de la confusión y el engaño, cosa que hicieron y hacen sus gobernantes, pues diciendo una cosa finalmente acaban haciendo la contraria.
Valencia patria del Tribunal de las Aguas. Valencia jardín de flores. Valencia huerta de España. Cosas dichas por los políticos hasta la saciedad, y a la vez que las dicen, a la vez, mienten y no las mantienen.
Y para colmo de males, por mimetismo o desgracia, somos los propios valencianos los que finalmente no defendemos ninguna de las cosas que en honor tenemos la obligación de defender.
En el caso de la huerta valenciana la ciudad prácticamente se la ha comido toda, forzando con los tentadores precios de compra a que los agricultores la vendan para que los especuladores la compren y edifiquen. Forzando a que los agricultores se arruinen cultivando sus campos, forzando a que se harten y se lo pongan fácil a los especuladores.
Y para colmo de todos los males, incluso los propios síndicos del Tribunal Tribunal están deseando que alguien les compre sus huertas y las edifiquen. Todos desean vender sus campos, pero no como huertas, si no como solares. Pues ese mismo ayuntamiento que ha forzado la desaparición de la huerta a escarmentado a todos y ahora se encuentra con que nadie quiere mantenerla, pues ya están cansados de ver que aquello que se protege después llega la especulación y da el pelotazo, (caso de la huerta de la Punta, que se declaró protegida y hoy ya no lo es).
La excusa de quienes dicen que no quieren estar protegidos por ninguna autoridad municipal, con dicho alegato, lo que nos dicen discretamente es –que no quieren que se les engañe. Saben que la huerta valenciana está condenada y desaparece pues la ciudad se la come; saben que el Tribunal hoy es una farsa; saben que de lo que fuimos nada queda. Y quieren salvarse como mejor puedan. Pero no quieren que nadie más los engañe.
So. Andrés Castellano Martí. Gracias.