Publicació en ARAMULTIMÈDIA el 03/08/2011, per Jordi Quiño Nero
La evolución de las ciudades responde a procesos y relaciones muy concretos que confluyen en lo que se conoce como «producción del suelo», es decir, el proceso por el que el suelo de la ciudad sale al mercado, se convierte en residencial, zona verde, plaza pública, dotación, … y aunque ciertos estándares urbanísticos traten de corregir los desfases que provocan estos procesos de producción, en realidad la forma de la ciudad depende de muchas otras decisiones.
En el caso que nos ocupa nos encontramos en el centro histórico de Alcoi, en él el sector público hace tiempo que decidió quedarse al margen de estos procesos de negociación y toma de decisiones que producen la ciudad, siendo simplemente un mediador entre pequeños propietarios, habitantes y la iniciativa privada, siempre favoreciendo a ésta última mediante sus normativas (homologación, planes de reforma, …), expropiaciones, valoraciones y política de demolición sin contemplaciones. Así se iban generando “paquetes” de suelo que luego acababan en manos de la iniciativa privada tomando esta la delantera a la hora de decidir el uso del suelo y dar forma a la ciudad.
Sin una estrategia común que encamine este proceso de producción del suelo que decida situaciones físicas a salvaguardar, mejoras del espacio público, adecuación a las necesidades sociales … al final todo se convierte en comercializable, pues se deja todo en manos del sector privado y éste busca más el beneficio económico que el social. En tiempos de bonanza esto ya era demencial, ahora es simplemente suicida.
Otro problema que aparece ante esta falta de estrategias urbanas comunes es el que tiene que ver con el patrimonio. Si tomamos el barrio del Partidor encontramos un enclave lleno de historia y patrimonio, pero este es un patrimonio más difícilmente visible que una torre medieval, una iglesia, … hablamos de patrimonio obrero, de historia social, de vida cotidiana y esto despierta muchos menos defensores. La idea que suele estar unida a este tipo de patrimonio es que puede desaparecer sin muchos problemas, siempre que se documente, que desaparezca de la ciudad y se conserve en papel. En ciertos casos (ruinas inminentes, zonas de esponjamiento consensuado, …) esta medida es comprensible, pero que sea esta la línea general a seguir es una locura.
Es así como llegamos al caso del edificio del Forn del vidre, un lugar que se muestra como paradigma de todo lo que acabamos de explicar. En primer lugar, hay una falta evidente de estrategia común en el caso de este edificio, no hay planificación específica, no hay estudios detallados, no hay políticas de adquisición y salvaguarda de elementos estratégicos, … y así todo está en manos de un agente privado al que se le ha dado el poder de decidir sobre este enclave tan importante bajo sus criterios de inmejorable situación (palco para fiestas de San Jorge) y rédito económico (una parcela relativamente grande en comparación con lo habitual en la zona en la que la homologación permite planta baja más cuatro alturas). Seguimos con el hecho de que, en este caso, el patrimonio solo se documenta, el edificio desaparecerá, pero su expediente de demolición adjunta un informe de documentación que debería ser suficiente para denegar el permiso, pero esto no es así ya que ese informe solo tiene validez documental. En este caso la cosa es más absurda si cabe pues encontramos que el edificio no está catalogado, pero la fuente anexa a su fachada si, … es decir, la fuente, que fue un elemento posterior, se cataloga pero nadie investiga el edificio que la alberga y que , obviamente podría ser más antiguo que la fuente. Con unos procesos urbanos que permiten este tipo de acciones, amparándolas bajo cierto halo de legalidad administrativa, el desarrollo del barrio del Partidor pende de un hilo.
Lo que acabamos encontrando es la sustitución de un edificio de alto interés y no en mal estado por otro que ni es interesante a día de hoy ni lo será en el futuro por su evidente falta de calidad arquitectónica, como mucho será famoso por ser el edificio por el que se demolió el Forn del vidre de Alcoi. Además en un enclave estratégico pues es la puerta al único ambiente urbano del XIX que ha sobrevivido a la destrucción sistemática del centro de Alcoi. Una verdadera pena.
Espero que esto haga reflexionar a quienes tiene potestad para evitar estas situaciones, hoy desaparece un elemento definitorio de este barrio, pero en breve podemos estar hablando del elemento que le da nombre, ya que la situación del Llavador de primera aigua, el Partidor de les aigües, es también dramática.

Edificio del Forn del vidre. /AM
JORDI QUIÑONERO OLTRA
Sociólogo. Especialista en sociología urbana
http://www.aramultimedia.com/articles/22948/centro-historico-patrimonio-y-produccion-de-suelo-el-caso-del-forn-del-vidre
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