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Posts Tagged ‘refugio’

Este passat solejat diumenge 29 de maig ens vam reunir, a les 10 del matí, una vintena de persones, vingudes des de València, Alcoi, Muro, La Granja i Teulada, a la plaça de l’Església del municipi vallalbaidí de la Pobla del Duc.

La visita, guiada per Loren Bataller, va començar desplaçant-se en cotxes fins a l’antic areòdrom militar de Missena, obra feta durant la Guerra Civil sobre el Camí Reial de Gandia; aeròdrom ja no visible per a l’ull humà, però que encara podria utilitzar-se per a aterrar. Al costat d’este, es va edificar, i es conserva, la vivenda coneguda com “Casa del Coronel”.

En aquest indret s’ubica el refugi del Pla de Missena, un dels dos refugis rehabilitats per l’Ajuntament de la Pobla del Duc, amagat davall d’un munt de terra que permitia als militars tirar-se rodant des de dalt del terraplé fins a l’entrada del refugi, el qual té una cabuda de 40 persones, disposat en forma de zig-zag per a evitar els possibles dispars que entraren.

 

Caminant, vam passar per les casetes de Missena, de les quals queda l’arrancada d’edificis i la marca d’alguns carrers d’origen romà i posterior ocupació morisca. I vam arribar fins al refugi de la Casa Alta, amb una capacitat de 70 persones i que abans de la rehabilitació estava totalment inundat.

Els dos refugis tenen dues boques d’entrada paral·leles i una estreta gal·leria en pendent que desemboca en zig-zag, fets amb revestiment de rajola i morter. Ací, Loren i el seu company Vicent, ens van fer estremir-nos al posar el so de les sirenes dels avions que des de l’aire avisaven dels atacs de la Guerra.

Cap a les 12:30 vam tornar a peu fins als cotxes i d’ací fins al municipi, a l’aula de vi de l’Ajuntament.

Una vegada allí, vam aprendre, per mig d’una breu presentació, sobre el procés d’el·la boració del vi, les seues qualitats, els orígenes de la tradició vinícola a la Pobla; a més, aprenguérem el saber mirar, olfatejar i degustar el vi tint de la cooperativa de la Pobla del Duc, prop de la qual cada agost se celebra la Raimà.

Moltes gràcies a Loren, a Vicent i a Antonio Calzado per la seua preocupació i el bon tracte i moltes gràcies a tots els assitents.

Esperem trobar-vos en la pròxima visita, el dissabte 11 de juny a Crevillent, a càrrec de Manu Carreres.

A més, el diumenge 12 de juny tornarem a fer una visita guiada pel Cementeri Municipal d’Alcoi, a càrrec d’Elisa Beneyto i Lluís Vidal, amb la qual tancarem les visites d’este curs.

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Publicado en El País el 30/05/2011:

Un grupo de personas ha visitado un refugio de la Guerra Civil en Valencia que ha estado oculto durante cerca de 70 años, hasta su reciente descubrimiento durante las obras de reforma de un colegio, el Balmes, del popular barrio de Russafa.

El refugio, que está en perfecto estado de conservación, aún conserva varios de los utensilios que se utilizaban durante los bombardeos de la aviación franquista (latas oxidadas, orinales, zapatos…) y en él son claramente visibles las recomendaciones dadas a sus usuarios ( «Alejarse de esta puerta un metro para facilitar la entrada del aire») o los avisos sobre el aforo: «Capacidad 1000 niños».

Según denuncian algunos vecinos de la zona, la mayoría de instituciones competentes han desoído varias peticiones que solicitaban la puesta en valor de este patrimonio mediante la organización de recorridos de carácter histórico y cultural por este trozo de historia.

Un momento de la visita organizada a un refugio de la Guerra Civil en el barrio de Russafa de Valencia.-

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Noticia de hoy del diario Levante-EMV:

Las obras de reforma del bulevar interior desentierran el búnker republicano situado entre las calles Pizarro y Gregorio Mayans

Sale a la luz el tercer refugio antiaéreo de Marqués del Turia

RAFEL MONTANER VALENCIA
Las obras de reforma del jardín central de la Gran Vía Marqués del Turia siguen desenterrando la historia oculta de Valencia al sacar a la luz el tercer refugio antiaéreo que la República construyó en 1938 en la entonces Gran Vía Buenaventura Durruti. Si en enero aparecía el búnker enclavado entre las calles Jorge Juan y Conde Salvatierra, que se sumó al «descubierto» en 2007 en la Gran Vía Germanías, entre las calles Sueca y Cádiz, durante la excavación de la línea T2 del metro, ahora se ha hallado la fortificación que quedaba entre las calles Pizarro y Gregorio Mayans.
Este complejo de tres refugios de l’Eixample, a pesar de figurar en el plano de Valencia realizado por el Instituto Geográfico entre 1929 y 1944, había pasado al olvido después de que en la década de los años 50 y 60 del pasado siglo se destruyeran sus rampas de acceso y se tapiasen sus entradas con ladrillos.
Los búnkeres de Germanías y Marqués del Turia, que entonces formaban una única avenida dedicada al héroe anarquista, los excavó en 1938 la Junta de Defensa Pasiva. Todos pertenecen al modelo abovedado, compuesto por dos bóvedas de ida y vuelta con bancos en los laterales. El acceso es por una esquina y la salida por la contraria, buscando con ello la mayor distancia posible entre las dos entradas con el fin de garantizar vías de escape en caso de colapso.

Complejo para 1.500 personas
Las tres fortificaciones, que serían idénticas, tienen 14 metros de ancho por 28 de largo, mientras las bóvedas son de 3 metros de alto. Cada uno de ellas podía albergar a 500 personas. La fortificación está rematada por una losa de hormigón armado de 70 cm de grosor sobre la que se alzaba una estructura que sobresalía por encima del nivel de la calle. Esta última, compuesta por celdas de hormigón rellenas de arena, protegía el búnker de impactos directos.
Muchos de los 258 refugios republicanos que el arquitecto Francisco Taberner ha documentado en Valencia no fueron enterrados bajo toneladas de olvido hasta después de la II Guerra Mundial, pues el Gobierno de Franco temía que los aliados atacaran España por su alianza con Hitler y Mussolini.
Tras medio siglo de oscuridad, José María Azkárraga, coautor del libro y la web «Valencia 1931-1939. Guía Urbana de la ciudad en la República» (www.uv.es/republica), se ha colado en este tercer refugio recién descubierto para sacar a la luz las primeras imágenes de este trozo de historia. El búnker, explica, está «en buen estado, mantiene su pintura y carteles originales, así como las turbinas de ventilación».
Aunque no ha trascendido ninguna información, técnicos de Patrimonio de la Generalitat ya han inspeccionado el refugio de Conde Salvatierra con el fin de proponer su conservación, algo que ya se dictaminó en el caso del de Germanías. Este último, a pesar de ser declarado Bien de Relevancia Local (BRL) por el Ayuntamiento de Valencia, fue cegado de nuevo.
Azkárraga opina, que los tres búnkeres del bulevar, «al estar en un jardín, serían perfectamente visitables si el ayuntamiento tuviera voluntad, que ya sabemos que no». La Concejalía de Turismo de Almería, consistorio gobernado por el PP, abrió en diciembre de 2006 uno de sus refugios de la Guerra Civil y en menos de un mes recibió más de 6.000 visitas. La ciudad británica de Stockport, en el Gran Mánchester, organiza «tours» por su red de refugios de la II Guerra Mundial, iniciativa que ganó en 2010 el Premio de Turismo de Mánchester, la tercera ciudad más visitada en el Reino Unido por turistas extranjeros.

Foto para la historia en la prensa británica
El coleccionista de prensa histórica valenciano Matías Alonso guarda la que quizás sea la única imagen de la época del exterior de los refugios de Marqués del Turia. La fotografía aparece en un ejemplar de 1938 de la revista británica «Weekly Illustrated». Acompaña un reportaje sobre los bombardeos contra civiles en la retaguardia republicana. En el pie de foto se lee en inglés: «Mientras tanto, los defensores de Valencia han construido refugios de este tipo contra ataques con gas y bombas. El hambre y el martirio existen en todas partes donde gobierna el Frente Popular, pero la determinación de aplastar el avance fascista sigue tan fuerte como siempre. Después de dos años aún se niegan a ser derrotados».

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Noticia que hace referencia a la publicación ayer del descubrimiento de un refugio de la Guerra Civil en la Gran Vía Marqués del Turia de Valencia. Aparecida hoy en Levante-EMV:

El ayuntamiento espera el informe de la conselleria para declarar el hallazgo Bien de Relevancia Local

 

Alumnos de 6º de Primaria del Balmes fotografían con sus móviles el antiguo refugio. josé aleixandre

La Dirección General de Patrimonio de la Generalitat informó ayer que en los «próximos días la inspectora de Valencia bajará al refugio de la Guerra Civil que ha aparecido en la Gran Vía Marqués del Turia para evaluar su estado». La entrada de este búnker antiaéreo de 1938, tal y como adelanto Levante-EMV ayer, ha salido a la luz con las obras de remodelación del jardín central de este bulevar interior. Desde la conselleria de Cultura se apuntó respecto a la protección de este vestigio histórico que «se actuará según se dictamine en el informe».
Este refugio para 500 personas enclavado entre las calles Jorge Juan y Conde Salvatierra, es gemelo de otro en la Gran Vía Germanías -entre las calles Cádiz y Sueca- con el que las obras de la línea T2 del metro «tropezaron» en 2007. Ambos, junto a un tercero idéntico todavía enterrado entre las calles Gregorio Mayans y Pizarro, están perfectamente localizados en el Plano del Término Municipal de Valencia del Instituto Geográfico realizado entre 1929 y 1944, pero fueron cegados entre los años 50 y 60 del siglo XX.
Pese a conocer su emplazamiento, Patrimonio sólo ha catalogado el «descubierto» por el metro hace cuatro años, que el ayuntamiento ha incluido en su catálogo de Bienes de Relevancia Local (BRL), una figura de protección inferior al Bien de Interés Cultural (BIC) autonómico. ¿Por qué no se ha actuado antes en el caso de los dos refugios de Marqués del Turia por investigar? «Porque no es sencillo el acceso a ellos, ya que están cegados, y por eso se va a aprovechar ahora la oportunidad», responden desde Cultura. El ayuntamiento comunicó ayer que para declarar BRL si Patrimonio lo reclama en su informe.

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Noticia de hoy del periódico Levante-EMV:

Las obras sacan a la luz el segundo de los tres búnkeres antiaéreos para 500 personas que la República construyó en 1938 en la entonces Gran Vía Durruti Investigadores y arquitectos proponen la protección y rehabilitación de estos vestigios

 

Acceso destapado delrefugio antiaéreo dela Gran Vía Marqués del Turia junto a CondeSalvatierra y Jorge Juan. José Aleixandre

Las obras de reforma de la Gran Vía Marqués del Túria han destapado la entrada de uno de los tres refugios antiaéreos de la Guerra Civil que esconde esta artería de Valencia en su subsuelo, desenterrando de paso retales de la infancia de la memoria de los niños que crecieron en el Eixample desde la postguerra hasta los años 60 del pasado siglo. Es el segundo búnker republicano de este bulevar interior con el que «tropiezan» unas obras en cuatro años, ya que en 2007 la excavación de la línea T2 del metro rescató del olvido otro refugio de la Gran Vía Germanías entre las calles Sueca y Cádiz.
Uno de aquellos niños que ayer volvió a su infancia al pasar por las obras del bulevar y ver de nuevo la escalera de acceso al refugio situado entre las calles Jorge Juan y Conde Salvatierra, es José, de 56 años. Este vecino de la Gran Vía recuerda perfectamente que «a principios de la década de los 60, cuando tenía unos 7 años, el acceso al refugio estaba al lado del parque en el que jugaba, pero no se podía entrar porque estaba tapiado».
Entonces, ya había desaparecido el refuerzo superior de esta fortificación que sobresalía aproximadamente un metro por encima de la calle. El ex presidente del Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia (CTAV) y miembro de la Academia de Bellas Artes de San Carlos, Francisco Taberner, el principal estudioso de estos elementos de defensa pasiva de la ciudad, explica que dicho remate de la losa de hormigón armado de 70 centímetros de grosor del refugio «estaba compuesto por celdas de hormigón rellenas de arena o algas que protegían la estructura de un impacto directo».

Vuelta a la infancia
Los recuerdos de Julio Ochando, de 70 años, un niño de la postguerra de Russafa, que se centran en el refugio «descubierto» por el Metro, si que revive ese remate superior: «Debía tener entre 7 o 8 años, a los niños nos gustaba saltar desde arriba del refugio, que estaba lleno de hierbajos, a la calle. A la entrada, que estaba cerrada por barrotes y llena de basuras, no nos acercábamos porque nos daba miedo».
El investigador José María Azkárraga, coautor del libro Valencia 1931-1939. Guía Urbana de la ciudad en la 2ª República, cuenta que la dictadura mantuvo los refugios republicanos «hasta el final de la II Guerra Mundial, porque temía una ofensiva aliada, pero entre los años 50 y 60 se fueron enterrando todos».
Taberner, que ha llegado a contabilizar hasta 258 refugios en el Cap i casal, destaca que los tres búnkeres de Germanías y Marqués del Turia los construyó en 1938 la Junta de Defensa Pasiva en lo que entonces era la Gran Vía Buenaventura Durruti. Los tres pertenecen al modelo abovedado, «compuesto por dos bóvedas de ida y vuelta con bancos en los laterales», destaca. «El acceso es por una esquina y la salida por la contraria, buscando en esta diagonal la mayor distancia posible entre las dos entradas con el fin de garantizar vías de escape en caso de colapso de la fortificación». Esta tipología de refugio, muy usada en jardines y escuelas, tiene unas medidas básicas de 14 metros de ancho por 28 de largo, mientras las bóvedas son de tres metros de alto en su punto más elevado. Taberner estima que cada uno de ellos podía albergar a 500 personas. El emplazamiento de estos refugios «está perfectamente localizado en el Plano del Término Municipal de Valencia realizado por el Instituto Geográfico entre 1929 y 1944», apunta.

Salvaguardar un trozo de historia
Azkárraga propone que el Ayuntamiento de Valencia «proteja y haga visitables» estos refugios. El investigador recuerda que en 2008 el CTAV ya solicitó al consistorio que salvaguardara 20 de ellos. Taberner, añade que estos restos históricos «carecen de protección de forma general». Tan sólo algunos, como el de Germanías son Bien de Relevancia Local (BRL), una figura un escalón por debajo del Bien de Interés Cultural (BIC) autonómico.
En este sentido, continúa Taberner, «estaría bien seleccionar los refugios más significativos que pueden tener un uso y rehabilitarlos con el fin de dejar una constancia histórica de un momento crucial de la historia». El arquitecto opina que además del refugio del IES Luís Vives, «el más grande de los que se conservan», o los de la calle Serranos y la Espada, «podría tener interés hacer visitables los refugios de Marqués del Turia, al ser de fácil acceso por estar bajo un jardín».

El héroe anarquista de enigmática muerte

La Gran Vía Marqués del Turia fue rebautizada en 1936 como Buenaventura Durruti (placa original en la foto) en honor al líder miliciano anarquista fallecido en extrañas circunstancias en la defensa de Madrid el 20 de noviembre de ese año. Casi 75 años después, su muerte sigue siendo tan enigmática como la de Kennedy. ¿Una bala pérdida? ¿Una operación secreta de espías de Stalin? ¿El PCE? ¿Anarquistas disidentes de su postura de anteponer la victoria en la guerra a la revolución libertaría? o, la teoría más aceptada, un disparo accidental de su subfusil «naranjero», que se exhibe en el Museo Histórico Militar de Valencia. De esta copia republicana del subfusil alemán «Schmeisser MP28» del 9 largo, cuyo gatillo carecía de seguro, se fabricaron miles en Alberic. Su nombre viene de que se usaba madera de naranjo para la culata.

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